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lunes, 15 de junio de 2009

Mundo

Aproximadamente entre los 3 y los 4 años, descubrí la solución a mi gran temor a ser vista o escuchada; mi gran problema de timidez. Tuve qe observar detenidamente a los mas temidos monstruos: los adultos.
Me dí cuenta que si hablaba mientras ellos hablaban entre sí, no había posibilidad de que me presten atención, por lo tanto podía imaginar los escenarios mas espectaculares y convertirme en princesa o guerrera sin que ellos no noten.
De ese modo fui modelo, cantante, bailarina, periodista, locutora, modista, linyera, fugitiva, madre, loca, comerciante, etc.
Los años pasaron y crecí pero siguen sin escucharme.

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