Páginas

miércoles, 30 de noviembre de 2011

no hay piedad, a nadie le interesa la piedad. nadie me mira y dice "pobrecita", tampoco me pasa a mí, ni busco que me pase. es una triste manera de no pasar desaparcibida.

si me rechaza una vez más, voy a terminar enamorándome.

el siberiano-siamés mordía con ambas bocas todos los besos que nos dimos antes de que despertaras. podía morirme si daba un paso más, si caía hacia arriba con la espalda dividida en dos. luego caminé sin ojos.

domingo, 27 de noviembre de 2011