y escucho el grito interior, la casa abandonada, el cuello de ni novio muerto. toda persona es un pequeño dinosaurio que corre para aplastarme, pero es pequeño. recordé entonces que el vaso estuvo medio vacío siempre, aunqe esté hasta el tope, aunque ya no de más, porque justamente ése era el problema. noches sin dormir y bichos recorriendome la cabeza, realizando la interminable danza de los psicofármacos. le temo al hombre que movía su mandíbula raspandose los dientes, aturdiéndome con esbozos de palabras, un croquis infinito.
martes, 20 de diciembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Ah, escritos de los que me gustan. Me gustan un montón de frases y todo en conjunto también. Mi compañero de encuestas es de Turdera, se ve que es un pueblo raro y maldito. Jajaja.
Turdera me aturde, tu compañero es de los que raspan sus dientes al hablar, no lo notaste pero ya lo vas a notar ajajj (Lu)
Jajaja que mieeeedo! vos a prestar atención a ver si escucho dientes rechinando mientras caminamos.
Publicar un comentario