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viernes, 16 de abril de 2010


se me explotan
los muertos,
las células,
el cuerpo.
el aire de la vertiente de agua
estaba lleno.
la paz del cielo inerte
caía a lo oscuro, como si
permanecer en lo bajo, en
el fondo tuviese color.
te esperé 20 horas en la cima
pero te olvidaste el cuerpo.
pretendías llevarme por el puente atemporal
que une tus días con mis ganas
de ver más.
guardé en mi estómago los abrazos
que no te dí.
hoy aplastan mi pecho hacia afuera
me clavan palabras
en el centro
del punto muerto
que no quiere morir.

2 comentarios:

Noelia dijo...

Guarde en mi estómago los abrazos que no te dí.




El otro día reprimí una especie de impulso cariñoso que me surgió por mi madre (jamás los tengo) y se me ocurrió pensar que a uno le da cáncer no por la acumulación de malos sentimientos en el cuerpo (ya que lloramos, gritamos, no salen ronchas) sino justamente cuando ahogamos los buenos, se transforman en líquido negro, porque bloqueamos algo que le iba a hacer bien al mundo en muchos sentidos.

Lucía Chain dijo...

tu teoría es cierta, tengo grandes ramificaciones en mi interior ):